La inhibición del
Partido Popular me parece lamentable. El partido que más alto
proclama la importancia de la estabilidad no está haciendo el menor movimiento
para lograr dicha estabilidad. Se ha quedado en las nubes, en
compañía de su ego, esperando que los demás se rompan la crisma y vengan a
reclamar su presencia. Con un plan de muy bajos
vuelos, esperar a unas nuevas elecciones y llegar a ellas sin cambiar nada,
sin cambiar a nadie.
No se lidera
una sociedad agazapándose tácticamente ni demonizando a los demás y esperando
que naufraguen, sino pasando a la acción en defensa de un proyecto político,
liderando los acuerdos o liderando los intentos. El PP no para de recordar que
tiene 7 millones de votos pero ese
compromiso con los 7 millones de votos le debería llevar a cambiar o a
sacrificar lo que le está inutilizando como actor protagonista y le ha convertido, en un momento tan
delicado, en una pieza inservible. Rajoy no puede continuar y el
PP lo sabe. El partido se debe renovar y el PP lo sabe, pero
nadie se mueve. Lo mismo que ante la corrupción, quieto todo el mundo. No puedo
entender que una organización de esta importancia acepte con mansedumbre lanar
su actual papel de figurante sin frase.
UN SALUDO SOCIALISTA