Desde el cuarto trimestre de 2011, es decir, el periodo que
lleva gobernando el Sr. Rajoy, la economía de la zona euro ha caído un
0,4% acumulado. Ello contrasta con el crecimiento de otros
países desarrollados que también han sufrido la grave crisis global. Así, los
EEUU han crecido un 5,2% acumulado en ese mismo periodo.
Dado que la economía norteamericana tiene un nivel de desarrollo
parecido y que ha sufrido la misma crisis financiera en su raíz, este
diferencial de crecimiento prueba el fracaso en la respuesta de la crisis por
parte de la zona euro. Fracaso que se ha traducido en una injusta e innecesaria
caída del nivel de renta, y en un reparto igualmente injusto del esfuerzo en
detrimento de las rentas medias y bajas. La consecuencia última es la
desigualdad creciente y alarmante que sufren las sociedades europeas, con
España a la cabeza.
La necesidad de una rectificación inmediata exige forjar un
nuevo
Pacto europeo por la competitividad, el trabajo y
la cohesión social semejante al logrado tras la
Segunda Guerra Mundial, y que permitió construir una economía
social de mercado en la que se basó la prosperidad de la segunda
mitad del siglo XX. Ese pacto exigirá el consenso de todos los
actores sociales y políticos europeos, y abarcará las siguientes políticas:
monetaria, cambiaria, fiscal, energética, financiera, industrial y laboral. En
definitiva, deberá apostar por la reindustrialización de Europa; las infraestructuras,
en especial las digitales; la negociación colectiva y la
creación de empleo juvenil.
En su entrevista con la Sra. Merkel, pedimos al Sr. Rajoy que
plantee este Pacto europeo incluyendo el siguiente decálogo de
medidas para impulsar a corto
plazo la economía de la Unión.
1. El pleno empleo y la
estabilidad de precios, un doble objetivo del BCE. La debilidad de la zona euro se explica por una
menor expansión monetaria y unas mayores dificultades en
el mecanismo de transmisión de la política monetaria.
Necesitamos un mayor impulso monetario por parte del BCE,
incluyendo la compra de deuda pública y privada (QE), acompañado de un objetivo
de inflación más elevado para la zona euro, con carácter transitorio, que
incluya precios y salarios, que posibilite un más rápido desendeudamiento
público y privado y facilite el crecimiento del consumo. Con deflación es
imposible el desendeudamiento.
2. Un verdadero mercado europeo
de trabajo. La tasa de paro es uno de los
factores diferenciales de la economía europea frente a otras áreas del mundo.
Se debe dar un impulso decidido al diálogo social y a la negociación colectiva
a nivel europeo, favoreciendo la puesta en marcha de un verdadero mercado
europeo de trabajo, que incentive la movilidad laboral en el continente y
promoviendo que los trabajadores puedan instalarse en cualquier punto de Europa
sin perder derechos laborales. Para ello es necesario permitir la total
portabilidad de las cotizaciones y derechos de pensiones en toda la Unión
Europea, así como enmiendas a la Directiva sobre Trabajadores Desplazados para
evitar el dumping social y el abuso sobre este tipo de trabajadores.
UN SALUDO SOCIALISTA