8. Crear la unión bancaria. Un crecimiento económico sólido requiere de financiación
adecuada. La recuperación del crédito a la economía europea, exige la finalización del saneamiento financiero y la eliminación de las barreras que han
retrasado el desarrollo de la unión bancaria y el establecimiento de un
supervisor único europeo con un mecanismo de resolución único financiado con un
Fondo de
Garantías de Depósitos Europeo. Además, hay que acabar con la
fragmentación financiera en la zona euro, lo cual exige poner punto y final a
las normas nacionales que impiden o dificultan la concesión de préstamos
transfronterizos.
Finalmente, se deben potenciar mecanismos de financiación alternativos,
para reducir la excesiva dependencia de la financiación bancaria que existe en
Europa.
9. Un verdadero presupuesto
europeo. La política fiscal, como las
políticas monetaria y cambiaria, ha sido otro factor diferencial que explica el
pobre desempeño de la zona euro frente a otras áreas económicas. Europa se ha
limitado a exigir objetivos y reglas de cumplimiento fiscal a los países miembros,
olvidando la importancia de la dimensión europea de dicha política. Por ello,
se necesita un reforzamiento de la política fiscal europea, que contemple, por
una parte, la lucha contra los paraísos fiscales, incluyendo un procedimiento común
para compartir los datos fiscales y, por otra, el establecimiento de un
instrumento fiscal para el euro que actúe como estabilizador económico y que
esté dotado a medio plazo con el Impuesto de Transacciones Financieras Europeas.
Los socialistas apoyamos la creación de un Fondo Europeo de
Amortización de Deuda, tal y como propuso el Consejo
Alemán de Asesores Económicos de la Canciller Merkel.
Dicho Fondo emitiría de forma temporal deuda conjunta a corto
plazo con el fin de rebajar los niveles de deuda hasta el
60% del PIB.
10. Depreciación del euro. No hay razón que justifique que la zona euro tenga el
crecimiento económico más bajo y la divisa más fuerte de la economía global.
Desde que se creó el euro hace 15 años, su cotización promedio frente al dólar
ha sido de 1,20. Sin embargo, en los dos últimos años apenas ha bajado de 1,35.
Pedimos que el objetivo del BCE, de la Comisión Europea y de todos los estados
miembros, sea la significativa depreciación del euro frente al dólar y otras divisas,
para corregir su sobrevaloración e impulsar las exportaciones de la zona euro.
La crisis y la globalización sitúan a la Unión ante un dilema: reformarse
o decaer, ser un agente del cambio o soportarlo pasivamente. Conocemos nuestros
problemas, sabemos que hay respuestas, lo que no hay es el necesario liderazgo
político.
Por eso los socialistas creemos que necesitamos un cambio radical en
la política económica europea. Urge construir entre todos, sociedad y
políticos, un nuevo pacto social europeo por la competitividad, el trabajo y la
cohesión social. Un nuevo Pacto que fortalezca la economía social de mercado.
Cambiar las cosas yendo a la raíz de los problemas, fue el sentido
de una Unión levantada sobre las cenizas de la confrontación; “Que nadie pueda
decir que hemos pecado de falta de audacia”, pedía entonces Paul Henri Spaak.
Hoy ser fieles a esa Europa nos exige corregir todo aquello que no funciona
para poder preservar lo que funciona. Ya no es suficiente con creer en Europa.
Europa sólo avanzará si la transformamos entre todos.
UN SALUDO SOCIALISTA