jueves, 4 de septiembre de 2014

2º UN NUEVO PACTO EUROPEO POR LA COMPETITIVIDAD, EL TRABAJO Y LA COHESIÓN SOCIAL.



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3. Plan de empleo juvenil europeo para jóvenes menores de
30 años. Europa debe luchar de forma más contundente contra el paro juvenil, volcando mayores recursos económicos. Es necesario un verdadero plan de empleo juvenil europeo, que incluya la formación de jóvenes hasta los 30 años, aumentando los recursos para el Programa de Garantía Juvenil y crear un fondo específico para el desarrollo de políticas activas de empleo para aquellos países de la UE que superen el 15% de tasa de desempleo.

4. Plan de crecimiento de las Pymes europeas. La definición de unos sectores estratégicos, el impulso a la política industrial y un plan público de infraestructuras pueden generar un entorno económico favorecedor de creación de empresas privadas y su crecimiento. Hay que eliminar las barreras que impiden la creación de empresas y su establecimiento en otros países. En particular, en Europa nos encontramos con un excesivo peso de las micro- empresas, cuyo escaso tamaño impide abordar su internacionalización y llevar a cabo políticas de innovación empresarial. Por ello, se requiere un plan de crecimiento de las Pymes europeas que facilite la fusión de empresas de menor tamaño tanto dentro de cada país como entre pymes de diferentes estados miembros. El plan también debe incluir facilidades de financiación en el crecimiento orgánico de las empresas y un apoyo a su internacionalización en terceros países.
5. Reindustrializar Europa. Es necesaria una auténtica política industrial y tecnológica europea, incluyendo un programa de compras públicas (public procurement), el apoyo financiero a las empresas exportadoras (mediante avales públicos), incentivos para las fusiones de PYMES intra-europeas y su internacionalización fuera de la UE, y la definición de una lista de sectores estratégicos europeos, más allá del aeronáutico y automóvil, así como un impulso a los programas europeos de inversión en I+D+i, con participación pública y privada.
6. Por una política energética europea. Europa sufre de déficit comercial energético y de dependencia energética, ambos verdaderos lastres para un mayor crecimiento de la eurozona.
Por ello, es necesaria una auténtica política energética europea que incluya: interconexiones eléctricas y de gas, una única voz en la negociación de los precios con los principales suministradores de gas hacia Europa, una política de ahorro y eficiencia energética que facilite la rehabilitación energética de los edificios públicos, favoreciendo la expansión sostenible del sector de la construcción.
Asimismo, se debe contemplar un plan de electrificación inteligente de la economía europea, que permita un ahorro en las importaciones de petróleo y gas, posibilite una expansión razonable de las energías renovables y permita luchar eficazmente contra el cambio climático, el cumplimiento de los objetivos de emisiones de CO2 sin poner en riesgo la competitividad de nuestra industria.
7. Inversión en infraestructuras productivas. La competitividad exterior y la productividad de nuestras economías también requieren un programa de inversión en infraestructuras productivas que incluya los corredores ferroviarios y marítimos para las mercancías, su interconexión europea y la inversión en mantenimiento de las infraestructuras de transporte existentes. El programa puede movilizar 300.000 millones de euros en tres años, con aportaciones del BEI, del presupuesto comunitario y abierta a la aportación de otros fondos soberanos y privados.
Asimismo, las aportaciones nacionales para financiar estas inversiones no computarían en los objetivos de déficit público
(“regla de oro”).


UN SALUDO SOCIALISTA